La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), anunció que a mediados del mes de mayo se reanudarán las actividades de elaboración y comercialización de cerveza en todo el país, por lo que el precio de la popular bebida, comenzará a disminuir para su venta comercial, y de esta manera, reactivar su producción dentro de las distintas entidades de la República Mexicana.

Lo anterior, se da a conocer después de que las grandes empresas nacionales de fabricación de cerveza tuvieron que parar sus labores de producción por órdenes del Gobierno Federal, tras haber considerado la venta de alcohol como una actividad no esencial en medio de la emergencia sanitaria por el virus del Covid-19.

De acuerdo con PROFECO, solo es cuestión de un par de semanas para que se reinicien las operaciones en la industria cervecera, después del paro nacional de producción que provocó la escasez y desabasto de esta solicitada bebida por todas las regiones mexicanas, y Baja California Sur no fue la excepción.

En territorio sudcaliforniano es más que evidente la crisis social provocada por la falta de cerveza en expendios, súper mercados, tiendas de conveniencia, licorerías y tiendas de abarrotes, ya que las agencias locales tuvieron que disponer de todo su catálogo para surtir a todos los proveedores que demandaban mayores cantidades de productos para satisfacer a su clientela, provocando que se agotaran las existencias.

A pesar de que las fábricas cerveceras detuvieron su producción desde hace un mes atrás, no fue sino hasta el pasado fin de semana, cuando comenzaron a registrarse enormes filas de personas que deseaban adquirir el poco del producto que se mantenía en exhibición en los expendios y negocios que manejan la venta de alcohol.

A través de redes sociales, se difundieron fotografías en las que aparecían tumultos de personas formándose afuera de las tiendas Oxxo, Tecate Six, Modeloramas, y otros comercios del mismo tipo de giro comercial en las principales cabeceras municipales del estado, como La Paz, Los Cabos y Comondú.

Tanta fue su ansiedad por conseguir el codiciado líquido que no les importó romper con la sana distancia y el resguardo social, con tal de poder alcanzar algo de cerveza para continuar sobrellevando la cuarentena.

Uno de los efectos colaterales del paro de distribución, fueron las llamadas “compras de pánico”, que se hicieron luego de que se supo la noticia de que se detenía la elaboración y comercialización de esta bebida embriagante en todo México, provocando la inquietud de cientos y miles de clientes de diversas marcas de bebidas alcohólicas, lo que obligó a que ocurriera mucho más rápido de lo previsto la escasez en insumos de cerveza a nivel estatal.

Otra consecuencia grave, fue el oportunismo y el abuso por parte de los dueños y empleados de los comercios y tiendas que venden alcohol, quienes aprovechándose de la situación, subieron hasta el doble o el triple de su precio habitual la venta de cerveza, generando redituables ganancias para ellos.

Por otro lado, los grupos en redes sociales también se vieron envueltos en la oferta-demanda de la cerveza, ya que varios internautas publicaron sus mejores promociones al mejor postor, ofreciendo esta bebida en sus distintas presentaciones a precios exorbitantes, conscientes de que el desabasto estaba llevando al grado de desesperación a mucha gente que es consumidora habitual de cerveza, y a quienes no les importó negociar por medio de las plataformas digitales para por fin tener su preciado producto en sus manos.

Según datos oficiales proporcionados por la Asociación Portuaria Integral (API) de La Paz, en 2019, ingresaron a la península sudcaliforniana 124 mil 452 toneladas de cerveza, arribando vía marítima al puerto de Pichilingue, para ser distribuidas.

La cantidad, equivale a 10 mil 371 toneladas por mes y 345 toneladas por día, colocándose como la tercera carga más abundante en llegar al estado, superada solamente por el cemento.

De acuerdo con información obtenida del Centro Estatal de Salud Mental y Adicciones (CESMA), el 38.6 por ciento de la población sudcaliforniana entre los 12 y 65 años, consume alcohol de forma cotidiana y excesiva, ubicándose 5 puntos por arriba de la Media Nacional, que registra un porcentaje del 33.6 por ciento.

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