Guaymas, Sonora.-“Con mi corazón destrozado y mi alma llena de dolor, me despedí del mejor amigo canino que he tenido, “El Mace”, «El Macermorso”.
De esta manera comenzó su breve relato el joven Jesús Villelas Rivera en su cuenta de Facebook, haciendo pública su tristeza por tomar la difícil decisión de dar la autorización para que durmieran a su mascota, quien tras una larga lucha en contra del cáncer, fue sacrificado para terminar con el sufrimiento derivado de los efectos de la enfermedad en su cuerpo.
Antes de ser dormido para siempre en la clínica veterinaria, “El Mace”, dio un brinco a la caja del pick up de su dueño, como siempre lo hacía en muchos de los paseos que daban ambos por las principales calles y en las inmediaciones del malecón turístico de la ciudad de Guaymas, Sonora.


Una de las actividades favoritas del carismático perrito, era salir de casa por las tardes para tomar el sol y respirar aire libre, mientras observaba con atención todo a su alrededor, sentado siempre en la parte trasera del vehículo de Jesús, reforzando aun mas con estas acciones la amistad y ese lazo familiar que fueron forjando los dos durante las diferentes etapas de crecimiento del canino.
El querido “Mace” disfrutó como nunca la brisa de la playa y el viento que se desvanecía en su rostro durante su último recorrido acompañado de su amigo. A pesar de las altas temperaturas que predominan en la cálida región sonorense, el noble bóxer era saludado por automovilistas que tocaban el claxon de sus autos al ver al perro que guardó en su memoria todos los paisajes, personas y lugares que dan forma a la ciudad donde nació, y en donde terminaría su vida.
Luego de un paseo de varios minutos, Jesús estacionó su unidad y se dirigió a donde se encontraba “Mace”, esperando a su amigo.
Las lágrimas y ese nudo en la garganta por saber que era hora de la despedida, aparecieron en el deprimido muchacho, quien aún no podía creer que eran los últimos momentos compartidos al lado de su mascota.


Después de un conmovedor abrazo, Jesús le dio las gracias a su amado “Mace”, por todas las alegrías que le brindó a él y a su familia, haciendo la promesa de que nunca lo olvidaría.
A pesar de que el adiós entre ambos se prolongó más de lo esperado, la cita con el destino era impostergable, y finalmente, el perrito desahuciado por el cáncer fue trasladado a la veterinaria para recibir una inyección letal, que detuvo su corazón para siempre.


La ciudad de Guaymas ya no lucirá igual sin la figura del “Macermoso” dando la vuelta en la caja del pick up de su mejor amigo, mientras ambos realizaban su pasatiempo favorito, que era salir a distraerse al aire libre, afianzando su vínculo fraternal y de unión eterna.