La Paz, Baja California Sur.- Los vecinos de la colonia Ladrillera en la ciudad capital, denunciaron a un sujeto identificado, como Héctor Martínez Aguilar, de haber envenenado a varios perros y gatos que merodean esta área poblacional, utilizando latas con porciones de atún fresco que son bañadas con veneno para ratas y vidrios, con la intención de provocar la muerte de los animales.
De acuerdo a la denuncia de los colonos de la zona habitacional, el sujeto en mención, coloca estratégicamente las latas con el alimento elaborado con los restos del pez en el área de banquetas de la calle principal de la colonia para que los caninos y mininos que recorren el lugar, caigan en la trampa mortal y coman el atún para morir intoxicados minutos después por el fatal veneno que contiene.
Intencionalmente, el insensible hombre sigue fraguando esta práctica, llevándose incluso entre sus víctimas a perros de casa que fungen como las mascotas de las familias que habitan la colonia, sin remordimiento alguno.
Según las quejas de los vecinos, varios de ellos han realizado urgentes denuncias para que las autoridades policiacas detengan y castiguen con el peso del la ley, el acto delictivo del asesino de perros, sin embargo, nada se ha hecho al respecto, ya que hasta ahora, los organismos de seguridad pública han hecho caso omiso a las peticiones de los ciudadanos que se encuentran preocupados y al pendiente de sus mascotas para que no sean los próximos objetivos del peligroso mataperros.
Este delito, es severamente juzgado y castigado por las organizaciones internacionales de protección a animales, ya que la Declaración Universal de los Derechos del Animal, aprobada por la UNESCO y la ONU, refiere lo anterior en su Artículo número 2, estableciendo lo siguiente: “El hombre no puede atribuirse el derecho de exterminar a ninguna clase de animales, ya que todo acto que implique la muerte del animal, es un crimen contra la vida.”
El derecho a la vida de los animales es ya defendido por la ley, como lo son los derechos del hombre, por lo que los castigos pueden llegar a ser igual o más fuertes que el asesinato de una persona.
