La Paz, Baja California Sur.– El pasado 6 de diciembre, la joven recién graduada como profesora, Grecia Atenea Michel Nava, denunció el trato inhumano y el abuso de autoridad del que fue objeto por parte de la directora del Jardín de Niños «Bicentenario de la Independencia de México«, Erendira Ibarra Espinoza.
El incidente habría ocurrido el pasado 24 de noviembre, cuando la joven maestra se presentó en la escuela ubicada en la colonia Olas Altas, exponiendo problemas de salud en el plantel donde realiza sus practicas profesionales.
La maestra dijo que había tomado la decisión de «presentarme para explicarle personalmente a la directora del plantel, mi situación de salud«, recomendadas por el médico que eran «reposo en cama por el jueves 23 y viernes 24 de noviembre«.
La primera pregunta fue cuestionar a qué hora me había atendido, respondiendo que a las 10 de la mañana, y su contestación fue: “Si fuera por mí, no te justificaba la falta del día de ayer, si un día amaneces mal, vas y consultas al seguro a las 7 para estarte presentando a las 8:30”.
La profesora contestó que por los signos que presentaba que eran fiebre, dolor de cuerpo y vomito, por lo que había tenido que ir de urgencias a un médico particular.
«A esa fue la hora a la que me dio la cita y me especificó (recomendó)no exponerme al aire acondicionado, a los cambios de clima y ni siquiera abrir el refrigerador, indicándome 2 días de reposo en cama«, aclaró a la directora del plantel.
La directora tomó la receta médica, y su respuesta fue: “Yo aquí no leo que diga reposo hoy”. Entonces, de acuerdo a la joven, «señalé puntualmente con mi dedo en qué parte de la receta se especificaba, la puso contra el sol, y su respuesta fue no veo nada, sácale una copia y anéxalo a la lista de asistencia, posteriormente, se retiró de la dirección y dijo traigan sus cosas, haciendo referencia al salón de clases, donde se llevaría a cabo la junta de consejo técnico escolar tercera sesión«.
La joven dijo que tuvo que estar durante 4 horas sentada, hecha bola, lidiando con una tos incontrolable, escalofríos y sin desayunar, porque su cuerpo rechazaba el alimento, en un salón de clases donde estaba el aire acondicionado prendido, lo que amenazaba con empeorar su salud.
«Me retiré sin decir nada, y en los próximos días mi salud, empeoró gravemente«, relató la joven en su cuenta oficial de Facebook.
Por lo anterior, el domingo 26 de noviembre por la noche, tuvo que ir al hospital por el dolor de pecho y pulmones. Un día después, es decir, el 27 de noviembre, fue a un médico particular, donde se me volvió a indicar reposo junto con neubolizaciones porqué mi pecho ya empezaba empeorando.
El día martes 28 de noviembre en la madrugada, comenzó a vomitar cualquier alimento, el agua y hasta los medicamentos, por lo que «estuve todo el día con una fiebre de 39 grados, hasta que en la tarde, tuve que acudir a urgencias al hospital, por qué tenía una fiebre que no cesaba, más de 24 horas sin ingerir alimentos, y dificultad para respirar«.
Afortunadamente, de acuerdo a la joven maestra, «los médicos me tuvieron en observación durante unas horas, me administraron medicamentos inyectados para regular mi temperatura, me tomaron RX, y me indicaron un nuevo tratamiento inyectado de un medicamento muy fuerte«.
Desafortunadamente, y por ese problema de salud, la directora del plantel, Erendira Ibarra Espinoza, redactó y presentó un oficio en la escuela de la maestra, la Benemérita Escuela Normal Urbana “Prof. Domingo Carballo Felix”, expresando que no tenía permitido terminar las prácticas profesionales en ese jardín de niños.
La directora se justificó de que ella había dado la orden de que se podría retirar, cuando de ninguna manera fue así.
«Hoy, ella se quiere lavar las manos por qué sabe que cometió un atropello en contra de mis derechos«, se quejó la joven.
Además, relató que no es la primera vez que tiene un conflicto con la directora.
«Anteriormente y de manera verbal, me amenazó diciendo que si yo creía que mi actitud era la correcta me iba a topar con pared (ante una situación en la que ella no tenía ninguna injerencia ni había estado involucrada ) que ella podía cuando quisiera moverme, cambiarme de jardín porqué tenía ese poder, esa injerencia y esa facultad, me dijo que me podía mandar a un trabajo muy denigrante«, dijo.
Finalmente, la joven maestra solicitó la intervención de la Secretaría de Educación Pública de Baja California Sur, porque no es posible que directivos estén pasado de esa manera por encima de los derechos humanos de los estudiantes.