San José del Cabo, Baja California Sur.- En plena emergencia sanitaria por las afectaciones del nuevo Coronavirus en este destino turístico, el joven matrimonio conformado por Nataly Yaredt Gjion Caltengo y su esposo, Jair Alexander Palma Ramírez, viven una complicada situación de incertidumbre y desesperanza, ya que con el reciente nacimiento de su par de gemelos, la inesperada pérdida de empleo de Jair, y el desalojo del departamento donde vivían hasta hace una semana, el panorama se tornó negro y complicado para ella, su pareja y los bebés que hoy cumplen apenas 12 días de nacidos.
Originarios de Acapulco, Guerrero, Nataly y Jair arribaron a Baja California Sur hace 5 meses, buscando un futuro prometedor y mejorar su calidad de vida.
Sin embargo, la llegada del Covid-19 a territorio sudcaliforniano, rompió de tajo con los sueños e ilusiones de la familia que hoy lucha por sobrevivir en medio de la contingencia.
Tras su arribo a Los Cabos, el matrimonio buscó un lugar donde vivir, encontrando un espacio cómodo e ideal para conformar su hogar en un departamento de renta ubicado en la colonia Esperanza de esta cabecera municipal de Los Cabos, lugar donde estuvieron viviendo alrededor de 3 meses, mientras ella continuaba con su periodo de embarazo.
Jair, por su parte, rápidamente se movilizó en la ciudad para encontrar un empleo como ayudante de herrero en el negocio Maderería «El Pino”, ubicado en San José del Cabo, cumpliendo con su rol de padre y sustento familiar, mientras ambos esperaban ilusionados a sus primogénitos.
No obstante, y luego de que detonó la crisis en el sector productivo de la entidad debido a la alerta sanitaria por el nuevo Coronavirus, las empresas comenzaron a caer económicamente, por lo que algunas de ellas optaron como medida de prevención otorgarles descanso sin goce de sueldo a la mayoría de sus trabajadores, con la promesa de volver a recontratarlos en sus puestos al término de la contingencia, y después de que volviera a reactivarse la economía en el destino.
Una tarde, el hijo del propietario de Maderería «El Pino”, convocó a todos los trabajadores del negocio para darles la mala noticia: dejarían de trabajar para la empresa por tiempo indefinido, debido a que su padre no contaba con recursos suficientes para seguir pagando sus sueldos, por lo que el establecimiento, cerraría sus puertas por un tiempo.
El repentino anuncio, cayó como balde de agua fría para la pareja de Nataly, quien aún consternado por la triste decisión de su patrón, se dispuso a buscar nuevas opciones para seguir trabajando y continuar generando ingresos, algo que ha sido verdaderamente imposible hasta el momento, debido a las condiciones de sanidad y aislamiento social que prevalecen en la región.
Ya preocupados por la escasez de dinero, el matrimonio tuvo que lidiar con otro inconveniente, los gemelos que esperaba Nataly se adelantaron al parto, por lo que la joven tuvo que ser hospitalizada de emergencia para dar a luz en el Hospital General «Raúl Carrillo Silva» de San José del Cabo.
Ambos bebés, nacieron prematuros, exhalando sus primeros alientos de vida a los 7 meses de gestación. Afortunadamente, los dos hijos de Nataly, presentaron buenas condiciones de salud.
Tan solo unos días después de haber nacido los gemelos de Nataly, la nueva familia agotó sus últimos ahorros en la atención médica y en los primeros cuidados para sus recién nacidos, por lo que solicitaron hablar con el dueño de la vivienda que hasta ese momento alquilaban.
Con toda sinceridad, el matrimonio le pidió al casero que otorgara una prórroga para poder pagar las siguientes mensualidades de su hogar, en lo que Jair encontraba un nuevo trabajo y recibiera su primer sueldo, una petición de la que recibieron una contundente negativa por parte del encargado del departamento.
No solo se vieron impedidos de seguir ocupando el departamento que fue su hogar por meses, sino que fueron literalmente echados del lugar por el encargado de cobrar la renta, viéndose en la penosa situación de sacar todas sus cosas y cargando en sus brazos al par de gemelos que de un momento a otro ya no tenían un techo donde pasar las frías noches.
Afortunadamente, una vecina de la colonia Esperanza se enteró de la dura situación de su amiga Nataly, por lo que se acercó a ella y le ofreció mudarse a una humilde casita de madera que tenía construida a una cuadra del sitio de donde fueron humillantemente corridos.
Sin pensarlo dos veces, Nataly aceptó la propuesta, instalando todas sus cosas materiales en su nuevo espacio.
Ya con un lugar estable en donde dormir y resguardarse de la emergencia sanitaria, la noble familia pide apoyo a la ciudadanía sudcaliforniana para poder solventar las necesidades de las pequeñas bebés, que aún no cumplen ni las dos semanas de vida.
El número telefónico de Nataly es: 624 24 0 19 98.
Los integrantes de la familia agradecen de corazón cualquier aportación, ya sea de productos básicos o una donación económica, que servirán para que todos ellos puedan salir adelante mientras prevalece la contingencia de resguardo y prevención en Baja California Sur.