La Paz, Baja California Sur.– Previo al primer pago de aguinaldos a sus trabajadores, el administrador y el tesorero de la empresa constructora Eólica, salieron de las instalaciones del consorcio con rumbo a la sucursal bancaria Banorte, retirando la cantidad de 300 mil pesos en efectivo y cubrir los incentivos que por ley deben recibir los empleados durante estas fechas.
Al salir del banco, ambos representantes de la compañía abordaron el auto en que se trasladaban, un pick up Dodge Dakota 2009, para volver a su centro de trabajo.
El dinero que había sido resguardado dentro de una bolsa de plástico, fue colocado debajo del tapete del asiento de copiloto del vehículo, durante el trayecto.
Antes de llegar a su destino, el par de compañeros llegaron a una papelería con la intención de comprar ligas de plástico para etiquetar y clasificar el dinero que sería entregado al equipo de transportistas que laboran para la empresa.
No obstante, solo el administrador de Eólica, llamado Julio Vega, ingresó al negocio para hacer la compra, mientras que el tesorero conocido como Néstor, lo esperó dentro de la unidad para cuidar del dinero.
Tras algunos segundos de espera, un hombre que caminaba por la banqueta, se acercó a la ventanilla del vehículo para decirle al trabajador que a una de las llantas traseras del pick up le faltaba aire, por lo que le recomendó que se bajara para revisar el neumático afectado.
Néstor hizo lo anterior, descendiendo de su asiento para checar la llanta. Tras algunos minutos, el conductor de la unidad salió de la papelería y fue informado del percance que había sido reportado momentos antes.
Los dos trabajadores se dirigieron a una llantera cercana al lugar donde estaban para reparar el desperfecto. Fue ya estando en el local de servicio, y mientras eran atendidos, cuando se percataron que el paquete con el dinero había desaparecido de su sitio, luego de revisar el espacio donde lo habían dejado al salir del banco.
Como por arte de magia, los 300 mil pesos en efectivo se esfumaron del vehículo, mientras que el administrador y el tesorero de la empresa no se explicaban cómo y de qué manera se pudo haber perdido la fuerte suma de dinero de su escondite.
Después de la denuncia interpuesta, y al ser interrogados por agentes de Seguridad Pública para la reconstrucción de los hechos, los dos desafortunados elementos de Eólica tuvieron que darle la mala noticia a su jefe directo, mientras las autoridades policiacas iniciaban con las investigaciones de la pérdida del efectivo para deslindar responsabilidades en este caso.
