Muy atento estuve yo escuchando el mensaje dado por el presidente López Obrador en su gira por Los Cabos. De lo que el señor diga, depende en mucho el futuro de mi negocio. Yo si puedo decir que soy víctima de las malas acciones de gobierno. Mi economía personal, como la de miles de habitantes cabeños, se ha visto seriamente afectada por la torpeza, negligencia, ineptitud y desinterés de quienes están al frente de la administración municipal. ¿Y porque digo esto?
Pues miren ustedes amigas, amigos, resulta que en tanto las autoridades municipales, no resuelvan los graves problemas de desabasto de agua, no se puede pensar en tener tierra para la construcción de viviendas de interés social, pero no solo éstas, también las de interés medio y residencial turístico, se ven afectadas. Y esta situación, frena las inversiones en este sector. No se crean nuevos empleos, tampoco hay derrama económica, se alejan los inversionistas y a resumidas cuentas, nadie sale ganando. Somos miles los afectados, especialmente los que estamos en el sector inmobiliario y de la construcción.
Pero la pregunta obligada sería ¿Qué ganan las autoridades municipales con esto? Y ahí está lo interesante de la respuesta.
Todo cuanto se haga o se deje de hacer en este municipio, tiene dos implicaciones para las autoridades municipales, una económica y otra política.
Por ejemplo, las invasiones. Mientras miles de personas vivan en áreas de invasión son susceptibles de ser manipuladas para fines electorales, así se ha hecho desde hace 22 años, cuando menos en tierras cabeñas. Son una reserva de votos muy importante, y con esos votos se ganan elecciones. Quienes nos gobiernan saben bien que en el momento en que un ciudadano recibe su vivienda y ya no puede ser chantajeado, acarreado, castigado o premiado por un candidato a lo que sea, su poder electoral se verá mermado. Y esta fórmula no es algo inventado por Morena, la ha usado el PRD-PT, el PRI, el PAN y todos los partidos políticos de este país. Los pobres para los políticos de casi todos los partidos han sido carne de cañón.
Lo mismo pasa con el agua. Para nadie es un secreto que, en torno a la escasez de esta, gira el lucrativo negocio de las pipas. Pozos de agua que deberían destinarse a suministrar el líquido a algunas colonias, como el Pozo # 4, de Cabo San Lucas, se ordeña diariamente por decenas de pipas para beneficio particular, como lo ha vuelto a denunciar el ex gerente del OOMSAPAS en Cabo San Lucas, Héctor Torres Mendoza, en un video que ha difundido ampliamente en redes sociales.
¿No les resulta entonces sospechoso que, a la vuelta de dos años, esta administración haya sido incapaz de concretar una sola acción efectiva para resolver el problema del abasto del agua?
Esperemos que con la venida del presidente López Obrador, la presión hacia la autoridad municipal se incremente, y finalmente dejen de darle largas a la solución de esta grave situación.
Pero si tomamos en cuenta que el problema del agua no solo es la falta de una desalinizadora sino el pésimo manejo que se hace de ella, con fugas y pérdidas del 40 %, la verdad es que seguiremos padeciendo de falta de agua en tanto alguien siga lucrando jugosamente con la sed de la población.
Y que además ese alguien gustosamente esté dispuesto a canjear votos por agua o terrenos para vivir, aunque sean invadidos.