Mulegé, Baja California Sur.- El histórico campo de béisbol de Isla San Marcos, fue el escenario donde se le brindo un merecido homenaje póstumo al querido maestro y ex jugador semiprofesional, Rafael Valenzuela Osuna, fallecido el pasado 20 de agosto a causa de complicaciones derivadas por Covid-19, en un hospital de San José del Cabo.
Los familiares y amigos del apreciado docente, quien era fiel aficionado al béisbol, recordaron al entrañable profesor que perdió la batalla frente al Coronavirus, escribiendo su nombre y el número 10 que portaba en su dorsal, cuando practicaba deporte en medio del diamante, provocando los aplausos de todos los presentes ahí reunidos.
El maestro, quien era originario de Isla San Marcos, fue diagnosticado con la enfermedad desde el pasado 31 de julio, y ante el nulo desarrollo positivo de su salud, mientras era atendido en un hospital público de Los Cabos, su familia decidió ingresarlo de urgencia a la clínica Saint Luke´s, donde estuvo internado más de 11 días, acumulando un gasto de hospitalización de 3 millones de pesos, derivado de un cobro de tratamiento especializado por Covid-19 de 300 mil pesos diarios.
Dos meses después del sensible deceso de Rafael Valenzuela, el enorme apoyo que le brindó la sociedad sudcaliforniana a los seres queridos del mentor gracias a sus donativos económicos que fueron enviados directamente desde los 5 municipios de Baja California Sur, pudieron solventar la costosa deuda que originó el tratamiento médico que tenía como propósito principal salvarle la vida a Rafael.
Lamentablemente, ya ningún medicamento pudo revertir la deteriorada salud del ídolo beisbolero de Isla San Marcos, quien partió al plano celestial dejando un enorme luto entre el gremio deportivo y educativo a nivel estatal.
La tarde del 11 de octubre, decenas de pobladores de Isla San Marcos se dieron cita en el recinto deportivo de la entidad, para dedicar unos minutos de silencio a la memoria de Rafael Valenzuela Osuna.
Su madre, fue la encargada de tirar la primera pelota para dar inicio con un partido de exhibición entre dos de los equipos donde militó en vida Rafael, dando forma a un conmovedor tributo a un profesionista que dedico su vida entera a velar por su familia, educar a nuevas generaciones e impulsar el beisbol en la región, ganándose el respeto y admiración de todos.
