La Paz, Baja California Sur.– Cuando Edith «N», camino hacia su automóvil, observó que su vehículo blanco Honda, tenía los cristales rotos del lado del chofer.
Por lo anterior, tomó el teléfono y reportó los daños de su carro al C-4, llegando alrededor de las 8:53 de la noche del pasado 17 de enero, una patrulla de la Policía Municipal de La Paz a las calles de Manuel Pineda y Belisario Domínguez en la Capital del Estado.
Entonces, los agentes hablaron con la víctima, señalando los daños a su automóvil modelo 2007, además de tener una llanta ponchada en la parte trasera de la unidad.
Cuando los agentes de seguridad cuestionaron si sabían quién pudo haber cometido los daños, la mujer señaló que su ex pareja sentimental de nombre Julio César Serrano Leyva, como autor material de la agresión.
El supuesto agresor es considerado como una ex pareja tóxica, porque no es la primera vez que causa daños al vehículo de la señorita.
Anteriormente, según relató la víctima, ha hecho lo mismo una y otra vez, por lo que inclusive tuvo que presentar 7 denuncias penales en su contra tan solo en el mes de enero, buscando que sea procesado penalmente por estas agresiones.
Lo único que ha conseguido es solo una orden de restricción, pero eso no ha sido suficiente para frenar las agresiones del sujeto de 45 años.
Sin embargo, el agresor que es sargento de la Policía Municipal de La Paz, sigue impune, libre y causando daños a su ex pareja de una manera enfermiza, exponiéndola constantemente al peligro y sin que ninguna autoridad haga nada al respecto.
Todo parece indicar qué Julio César Serrano Leyva, todavía no supera haber perdido el amor de Edith «N», y ahora agarró por desquitarse con su carro.
La víctima volvió a presentar otra denuncia penal mas en contra de su ex pareja tóxica, para ver ai ahora sí la Procuraduría General del Justicia del Estado (PGJE) y el Tribunal de Justicia del Estado, pueden deslindar responsabilidades en su contra, porque a pesar de haber sido vinculado a proceso penal y tener una orden de aprehensión en su contra, sospechosamente, nadie lo detienen.
«¿Y el Centro de Justicia para las Mujeres? ¿Nomás sirve de adorno?«, es la pregunta.