Loreto, Baja California Sur.- La víbora de cascabel ingresó a la lista roja de especies en peligro de extinción en Baja California Sur, según reveló un estudio dado a conocer en la revista de divulgación científica Recursos Naturales y Sociedad, publicado por el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor) y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Desde luego que no se trata de la serpiente comúnmente conocida por la sociedad, sino de su versión endémica identificada coloquialmente como víbora de cascabel sin cascabel que habita en la Isla Santa Catalina en el Golfo de California.
La investigación iniciada desde el 2015, aborda aspectos de la historia natural y da a conocer los distintos factores que amenazan gravemente la supervivencia de la serpiente de cascabel sin cascabel en territorio sudcaliforniano de este peculiar reptil conocido científicamente como Crotalus Catalinensis, y el cual pasó a formar parte de un programa de conservación poblacional con el único objetivo de evitar su desaparición.
El verdadero significado de su nombre radica en el vocablo griego Crotalus, que se refiere a una sonaja o cascabel, mientras que la palabra Catalinensis, es parte de la ortografía del idioma latín, que representa su lugar de origen y hábitat natural, la Isla Santa Catalina.
Situada al sur del Golfo de California y a 25 kilómetros de Loreto, la Isla Santa Catalina se muestra justo frente a las costas del estado de Baja California Sur.
Dentro de esta área natural, la serpiente sobrevive entre plantas desérticas y profundos arroyos de agua que fungen como sus elementos de subsistencia.
El clima de esta zona también juega un factor importante para cobijar su evolución, reproducción y desarrollo, ya que las temperaturas que oscilan entre los 36 grados en verano, y los 11 grados centígrados en invierno, brindan un acogedor ambiente para esta serpiente que se ha adaptado a las circunstancias para ubicarse como una especie única en su tipo en todo el mundo.
La especie de víbora que forma parte de la familia viperidae, se caracteriza por poseer una longitud aproximada de entre 75 centímetros y 2 metros de largo, aumentando su exclusividad dentro de su clase.
El color que la distingue de otros reptiles, suele pasar de marrón claro a marrón rojo cobrizo, y en algunos casos predominan manchas de color gris obscuro en forma de diamantes, adornando su piel.
La consecuencia de ser una especie bastante activa en su entorno natural -ya que suele apreciarse por toda la extensión territorial de la Isla Santa Catalina– es que ha sido constante víctima de depredación, para ayudar a la sobrevivencia de otros animales y aves, como los gatos asilvestrados, las lechuzas, el halcón peregrino, cuervos, y el peligroso halcón de cola roja, uno de sus principales verdugos.
Tal y como su tradicional nombre lo indica, la serpiente de cascabel “sin cascabel”, también conocida como la “serpiente cascabel muda”, no emite sonido alguno en absoluto, ya que la base de su cola conocida como cascabel, ha ido evolucionando morfológicamente durante el proceso de muda de piel, ausentando el ruido en el centro del botón sonajero.
Afectada también por las acciones de pescadores proveniente de Agua Verde, Ensenada Blanca, y Ligui, quienes las consideran venenosas y peligrosas, suelen matarlas para preservar su integridad física, mientras establecen campamentos para dormir en ciertas temporadas del año.
La serpiente de cascabel también es amenazada por el tráfico ilegal de especies endémicas, ya que por su docilidad, son prácticamente fáciles de atrapar, resultando una presa fácil para su comercialización y venta en el demandante mercado negro, debido a su rareza y particularidad como especie única en el mundo.
La serpiente Crotalus Catalinensis, está considerada como amenazada por la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMARNAT 2001-2010), y posicionada en estado crítico por la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) por sus siglas en inglés, con grave riesgo de desaparecer de la faz de la tierra y perder su patrimonio cultural e histórico como una especie especial y propia de Baja California Sur para el mundo.