Las olas dejaron de sonar, y una corriente marina, comenzó a emerger del mar, avanzando rápidamente hacia la costa con furia creciente, superando la línea habitual de la última marea y alcanzando las primeras filas de palapas, negocios y restaurantes frente a la playa.
Los Cerritos, Baja California Sur.- Aquel 25 de mayo se presentaba como cualquier otro día en esta playa al sur del Pueblo Mágico de Todos Santos, Baja California Sur.
Brisa salada, gaviotas dibujando círculos sobre la costa, y un cielo que lentamente se tornaba de un azul encendido.
Nadie presagiaba lo que vendría en Playa Los Cerritos, usualmente vibrante por el ir y venir de surfistas, turistas y comerciantes.
Cuando todos comenzaban su jornada, estaban acostumbrados a ser arrullados por el murmullo del oleaje.
Pero ese murmullo, apenas perceptible al inicio, fue cobrando fuerza, como si el mar, hubiese despertado con hambre de territorio.
Fue poco después del mediodía, cuando el océano agitado por un fenómeno meteorológico inusual, comenzó a avanzar sin tregua.
Las olas dejaron de sonar, y una corriente marina, comenzó a emerger del mar, avanzando rápidamente hacia la costa con furia creciente, superando la línea habitual de la última marea y alcanzando las primeras filas de palapas, negocios y restaurantes frente a la playa.
Los trabajadores de algunos negocios intentaban levantar sus sillas y mesas y asegurar sus enseres, mientras otros, incrédulos, observaban como el agua salada comenzaba a reclamar el suelo que pocas horas antes pisaban con plena confianza.
Un pequeño niño apenas alcanzó a refugiarse en las escaleras de entrada de un puesto de comida. Al sentirse a salvo, el asustado infante encogió su cuerpo sobre las tablas de madera para mirar como el mobiliario flotaba entre espuma y arena, mientras los empleados corrían -algunos con hieleras en brazos- intentando salvar lo que podían.
Mas allá, una tienda de artesanías vio como el mar arrastraba conchas, collares y recuerdos hechos a mano hacia lo profundo.
El agua del mar ahogaba cualquier intento de comunicación, con sed de reclamo.
El camino costero fue parcialmente cubierto por el agua y arena, convirtiendo la mayoría de tramos en esteros temporales.
La imagen de Playa Los Cerritos al caer el atardecer era desconsoladora. Donde antes había risas y música, solo quedaba el vaivén inquietante del agua invadiendo todo, y el reflejo del sol poniente sobre lo que parecía una playa fantasmal.
El mar calmó tras la embestida, parecía satisfecho. Como si, por un momento, hubiese recordado que ese espacio también le pertenecía.
“Fue como si el océano se enojara”, dijo Marcela Ruiz, habitante del lugar y propietaria de una tienda de renta de equipos de surf en el área turística.
“Estamos acostumbrados a escuchar siempre el ruido de las olas golpeando las rocas que colindan con la orilla. Pero en esta ocasión, en un parpadeo la playa ya no estaba, era puro mar hasta los cimientos”, aseguró como una de los testigos del inusual fenómeno.
Los lugareños, con el corazón abatido, comenzaron con la tarea de evaluar los daños. Pero más allá de las pérdidas materiales, lo que dolía era la sensación de vulnerabilidad.
La ciencia detrás del desastre
El Centro de Estudios Costeros (Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Baja California Sur) confirmó que el mar avanzó una longitud de hasta 30 metros de distancia, después de la última ola de la playa, invadiendo literalmente todo el balneario.
Un fenómeno inusual para la temporada. Está marejada larga y profunda, según el CICESE, superó todos los registros desde 2001.
De acuerdo con datos de la CONAGUA, la línea de costa retrocedió hasta 18 metros en algunos puntos. Además, se estima que perdió más de 9,000 metros cúbicos de arena, lo cual representa al menos el 65% de la superficie útil de la playa del área turística.
De Los Frailes a Los Cerritos: ¿El mismo fenómeno?
En el año 2012, Playa Los Frailes, vivió un fenómeno similar: el mar retrocedió más de 20 metros, y regresó con violencia horas después, provocando la pérdida de una gran parte del litoral.
Una expedición oceanográfica posterior, confirmó que una erupción silenciosa de un volcán submarino activo había modificado el relieve oceánico, alterando la dinámica de corriente y presión.
Te recomendamos leer:
https://metropolimx.com/dos-volcanes-submarinos-activos-en-el-golfo-de-california/
Si bien en Playa Los Cerritos, no existe confirmación definitiva de actividad volcánica, el patrón se repite. Y lo más preocupante, según los expertos, es que este tipo de eventos no pueden preverse fácilmente.
Los especialistas fijaron su atención en la zona, y junto con científicos, planean realizar estudios batimétricos del área.
Mientras tanto, los habitantes locales enfrentan la inquietante posibilidad de vivir sobre una costa en constante cambio. Ahora, los ojos están puestos en el fondo marino frente a Todos Santos.
Playa Los Cerritos, no sería la misma después de aquel día.
El mar ha hablado, y los alrededor de dos mi habitantes, lo han escuchado.