Policías y militares golpean a elotero en La Paz

El vendedor ambulante fue derribado al piso entre jalones y golpes, por el simple hecho de carecer de licencia para vender sus elotes en el malecón.

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La Paz, Baja California Sur.- En el video comienza, cuando dos militares toman de los brazos a un vendedor de elotes y lo tiran al piso, mientras un agente de la Policía Municipal de La Paz, se avanza sobre él.

Un soldado mas se desplaza hacia enfrente y dos policías, se quedan observando desde la parte de atrás.

«¡Hey! ¡Hey! ¡Hey«, se escucha el grito de una persona en el fondo, mientras el usuario J. César Florian, transmite en vivo en Facebook, el evidente abuso de autoridad, después de que la Dirección de Comercio del Ayuntamiento de La Paz, diera de orden de detención por no tener licencia para vender su producto en el malecón.

«¡Aquí lo estoy grabado! ¡Estoy en vivo!«, dice el tono de una voz masculina, mientras transmite la escena, cuando los soldados armados con rifles de asalto, tratan de esposar al vendedor ambulante.

«¡Ayundenme!«, grita el elotero, vestido con una playera y una gorra blanca.

Entonces una mujer comienza a preguntar: «¿Qué le están haciendo?«, «Oigan: ¿Qué le están haciendo?«.

En el video, puede observarse que un soldado, intentando esposarlo, mientras el otro más junto con un policia, lo agarran para que no se suelte.

«¡Que bárbaro! ¿Y eso? ¿Y eso?«, pregunta la mujer.

Entonces, el hombre que transmite en vivo, camina hacia la patrulla y muestra el número económico SPM-242.

«Todos están grabando en vivo«, dice la persona, y en el fondo se observan a tres personas mas grabando el abuso de autoridad contra el vendedor ambulante.

«Esto nunca se había visto en La Paz ¿Porqué están haciendo eso? ¡Estamos en La Paz», dice la mujer, y pregunta: «¿Qué les hizo el señor?, dice la mujer en tono molesto.

Una voz responde: «¡No tiene licencia para vender!«, por lo que la mujer pregunta: «¿Por trabajar?«.

«Es su obligación dar informes ¿eh?. Por si no sabía, Usted tiene la obligación de dar información ¿eh?. Son las autoridades, están obligados a la ciudadanía a dar información«, alega el hombre que transmite.

En el fondo se observa, cuando el elotero, es parado y está esposado de la mano derecha, y pregunta al que parece haber ordenado su detención: «¿Cuál es su nombre?».

Entonces, comienza hablar con los soldados: «Andamos trabajando ¿cuál es el problema?«.

«Fíjense lo que están haciendo mi hermano ¡No se pasen de lanza!«, dice una persona que se dirige a un militar.

La persona que graba apunta con su dedo a una persona, y dice: «El es el inspector ¿eh?».

Tras calmarse los ánimos, los soldados y policías, después de esposar al elotero, dicen que «no estaban golpeando a nadie«, recibiendo como respuesta por parte de la persona que transmite: «¡Eso no es cierto!, aquí está grabado, cuando lo estaban golpeando«.

Un policía se dirige al elotero, y le dice: «Yo te hablé y te hablé bien. ¡Escucha! ¡Escucha!«, pero el vendedor ambulante alega y apunta a uno de los militares: «¿Porque me golpean? ¿es su trabajo?«.

«Es que no es el trabajo de él ¡Entiéndeme!«, responde el uniformado.

En medio de la alegata, aparece el secretario general del gobierno de Baja California Sur, Homero Davis Castro, y llega hasta donde el elotero y policías y soldados discuten acaloradamente.

La persona que transmite acusa a los policías y soldados con el funcionario, argumentando que los golpearon «¡Muy feo! ¡Muy feo!«.

«Nunca se había visto esto en La Paz, pero no, de plano, con este gobierno«, comenta el hombre que transmite.

El vendedor ambulante observa al secretario general de gobierno, lo invita acercarse y explica:

«Estamos trabajando horadamente y este señor (apunta a un soldado) me agarró como si fuera un animal y me tiró al suelo y todavía me pegó un cachazo con su arma«, acusó el elotero.

Entonces, el inspector de comercio, se mete y explicó que se le había informado al vendedor ambulante que «no podía estar aquí«, por lo que interviene un agente de la Policía Municipal de La Paz, y agrega: «porque no tiene el permiso correspondiente«.

«El señor dice que a mí no me compete«, y explica que en el Artículo 76 del Bando de Policia y Buen Gobierno, lo faculta que que pueda detener a cualquier persona.

El elotero levanta la mano y le pregunta a Homero Davis Castro: «¡Señor! ¿Soy delincuente?«, mostrando la mano de su brazo derecho esposado, con la que estaba agarrado de la mano del brazo izquierdo del policía que lo había detenido.

«¡Claro que no!«, responde el secretario general de gobierno. Entonces, el elotero dice que fue a la Dirección de Comercio del Ayuntamiento de La Paz, y la respuesta que obtuvo fue que «no había permisos para los vendedores ambulantes«.

El elotero acusó que la presidenta municipal de La Paz, Milena Quiroga Romero, había ordenado desalojar a todos los vendedores ambulantes del malecón porque daban muy mala imagen del destino.

«¿Entonces porque no van y esposan a todos los comerciantes que sacan mesas y sillas a las banquetas?«, retó y comentó: «¿Cómo es posible que me digan que para mí no hay permiso, porque afecto la imagen de la ciudad y a los que sacan a la banqueta sillas y mesas, no les digan nada?«.

Al final, el policía retiró la esposa al vendedor ambulante por ordenes del secretario general de gobierno, y los presentes apuntan a uno de los principales agente de la Policía Municipal de La Paz, respecto de que él tenía la autoridad de detener a quien quisiera, pero no lo facultaba andar golpeando a un ciudadano que se ganaba la vida honradamente.

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