La Paz/ Baja California Sur/Noticias.- Baja California Sur es la entidad con mayor número de litorales de México. Posee seis de los más importantes santuarios balleneros de la República. Miles de cetáceos llegan año con año desde las frías regiones del mar de Bering nadando aproximadamente 18mil kilómetros para reproducirse y nacer en las tranquilas aguas de las lagunas costeras peninsulares.
La temporada de avistamiento 2020 dio inicio en el mes de noviembre y terminará a principios de marzo del 2021.
Este evento anual es uno de los fenómenos turísticos más importantes para los sudcalifornianos y la derrama que la actividad genera es sin duda uno de los soportes económicos de sus familias.
Sin embargo, y como la mayoría de los sectores turísticos del mundo, el desarrollo de este espectáculo natural ha sido afectado por los estragos de la pandemia. A la fecha se registra una disminución entre el 80 y 85 por ciento de afluencia.
El empresario turístico Enrique Achoy asegura que “este año ha sido catastrófico para sus finanzas y las actividades en relación a la ballena no logran generar derrama». En algunos casos solo alcanza para el pago del personal, que ya se redujo en un 50 por ciento.
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Por su naturaleza y condiciones insulares, los costos en el traslado de insumos y personas se incrementan en comparación a los precios en el macizo continental. Lo que dificulta la competencia con otras actividades ecoturísticas. Sin mencionar que las medidas sanitarias exigen el uso de camiones y embarcaciones al 30 por ciento de su capacidad, lo que triplica los gastos.
El tiro de gracia es el incremento en los impuestos que las empresas tienen que pagar. Los seguros, indispensables para prestar el servicio, sufrieron un aumento del 30 por ciento.
«La Secretaría de Marina y Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas aumentaron el costo de pagos para la tramitología de permisos en un 80 y 50 por ciento respectivamente. De tal forma que de cada 780 pesos que se obtienen por visitante nacional, 90 son para la CONANP. Es decir el más del diez por ciento del costo por visitante” indicó Achoy.
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El Subdirector de Turismo de Mulegé, donde está “Ojo de liebre”, el santuario ballenero más grande de México, indica que los protocolos de seguridad sanitaria que exigen las autoridades de salud a los prestadores de servicios aumentan 300 por ciento los gastos en general.
Sin embargo no son negociables, “la única forma de tener un turismo sano y bajar dichas medidas de sanidad es con la correcta aplicación de la vacuna contra la COVID 19”.
Si bien existen programas de apoyo, la mayoría son dirigidos al sur del estado, La Paz y los Cabos, donde se encuentran los grandes desarrollos.
Fabricio Mújica, prestador de servicios turísticos, resalta la característica innovadora de la actividad como un punto negativo en estos momentos. Todos los años las empresas adquieren activos para mantener o incrementar la calidad del servicio. Lo que genera deudas que, normalmente se cubren con las ganancias de la temporada.
Este 2021 las deudas no han podido cubrirse. Muchos han tenido que vender sus herramientas de trabajo como carros, pangas, motores, equipos de seguridad etc.
Por si fuera poco los prestadores de servicios tuvieron que bajar sus costos, debido a la poca afluencia de visitantes.
“Mal vender el tour significa también desgaste de los equipos por pocos pesos. El escaso dinero que se genera se utiliza para pagar a los bancos las deudas adquiridas y se quedan sin la posibilidad de reinvertir para los gastos operativos” afirmó Mújica .
Las empresas que siguen laborando esperan que el próximo año sea mejor. Invitan a disfrutar de uno de los fenómenos naturales más impresionantes de mundo.
Cada año llegan mas de 70mil personas a los santuarios balleneros de Baja California Sur, con una derrama cercana a los 100 millones de pesos.
Con información de MF Noticias.