La Paz, Baja California Sur.- Tras mantenerse en color naranja de nivel crítico por Covid-19dentro del semáforo regional, el estado de Baja California Sur, continúa en medio de un campo de batalla para combatir la enfermedad y así poder disminuir los casos por contagio de Coronavirus en sus distintos municipios.

En el caso de la ciudad capital, La Paz, durante los meses de abril, mayo, junio y lo que va de julio, se han atendido más de mil reportes denunciando reuniones sociales y fiestas familiares que solo fomentan la incredulidad y desobediencia civil, además de orillar a romper el confinamiento domiciliario de las personas, aumentando los riesgos de contagio, debido a las peligrosas aglomeraciones que se realizan en estos eventos privados de distracción y diversión, mientras aumentan los números de pacientes confirmados, graves y hospitalizados por los efectos del virus.

Los últimos datos arrojados por la Dirección General de Tránsito Municipal y Seguridad Pública de La Paz, son poco alentadores en relación al control de registros de convivencias clandestinas, ya que han ido en ascenso conforme transcurren las semanas de etapa crítica por la pandemia, sobrepasando los operativos de vigilancia de las autoridades policiacas, las campañas de concientización de los gobiernos estatal y municipal, y sobre todo, las recomendaciones de las medidas de higiene y preventivas por parte de las autoridades de salud a nivel nacional.

Los fines de semana, principalmente, se puede escuchar música a altos decibeles para alegrar el ánimo dentro de las viviendas de las colonias más habitadas de la ciudad, así como risas, gritos y hasta canticos de varias personas que aprovechan las funciones de un karaoke para entonar alegremente sus temas predilectos, bajo los influjos del alcohol y ya ambientados en la fiesta.

Ya más descaradamente, se han llegado a requerir los servicios de conjuntos musicales a domicilio para amenizar reuniones de familias o borracheras entre amigos, que disfrutan de distintas melodías interpretadas por músicos totalmente en vivo, sin importar resquebrajar la paz y tranquilidad de sus vecinos.

En algunos de estos “reventones” realizados en la era Covid-19, no faltan los zafarranchos y pleitos protagonizados por anfitriones o invitados a las reuniones, quienes ya bajo el fragor de las copas y por distintas razones, ofrecen espectáculo en las casas o incluso en las banquetas que se levantan sobre las calles de las áreas poblaciones, donde se efectúan las fiestas, haciendo todo un show.

Sin importar que haya niños pequeños, mujeres embarazadas o adultos mayores en los hogares elegidos para las reuniones, estas se repiten cada fin de semana en varias áreas habitacionales al sur y norte de la ciudad, haciendo imposible la intervención de las fuerzas policiales para poner orden e imponer multas a los infractores, tal y como ha sido decretado por las autoridades desde el inicio de la cuarentena.

Está claro que el confinamiento y las prohibiciones de eventos sociales, no han sido respetadas durante la pandemia por Coronavirus, ya que, mientras los bares y comercios ubicados en el malecón turístico y en las plazas comerciales más concurridas de La Paz continúen cerrados por precaución, y las playas sigan negando el acceso a los visitantes por su propia seguridad, el espacio ideal para organizar fiestas clandestinas son las propios hogares, que ni con sus cuatro paredes de concreto ni la presencia de personas de confianza pueden evitar un posible brote de contagio por Covid-19, solo por romper las reglas y querer seguir la fiesta en plena fase crítica de infección.