Como hemos visto en América Latina en general y en nuestro pais en particular, a pesar de que se suceden en el poder partidos que se ubican a la izquierda o la derecha del espectro político, la situación para las masas empobrecidas del campo y la ciudad en muy poco ha cambiado.
A final de cuentas gobierne quien gobierne, será solo una variación del mismo capitalismo ineficiente y depredador que conocemos desde la revolución industrial nacido allá por el siglo XVIII.
Los problemas económicos estructurales, esto es, aquellos que se definen a partir de la generación de la riqueza y su distribución entre la sociedad, son para los latinoamericanos una enfermedad crónica que se manifiesta en el atraso tecnológico en la mayoría de los países, la destrucción del medio ambiente a un ritmo acelerado, la concentración de la población en las ciudades que crecen sin orden ni concierto devorando la superficie de sus comunidades hacinando a millones de personas en ciudades perdidas carentes de los servicios públicos mas elementales. Y extendiendo el abismo entre pobres y ricos a niveles que rayan en lo absurdo.
Las promesas de la izquierda de cambiar esta realidad quedan solo en eso, en tanto que su discurso de cambio económico gira solo en torno de quitarle a los que más tienen para darlo a los que de todo carecen. Y los esfuerzos, exitosos, por cierto, de la derecha se centran en conservar la concentración de la riqueza en manos de unos cuantos a través de las oligarquías criollas aliadas a las trasnacionales.
Pero a final de cuentas vemos que el desarrollo económico que ha prevalecido en América Latina, desde los tiempos de la Colonia ha sido injusto e inequitativo. En algunos casos hasta se conservan las mismas familias en el poder como lo hacían hace 500 años.
Mientras no entendamos que el modelo capitalista debe ser reestructurado sobre la base de generar una sociedad mas educada y capacitada para entrar en la nueva revolución tecnológica seguiremos reproduciendo una masa de trabajadores cada vez mas prescindibles.
El cambio está aquí ya. Millones de personas perderán irremediablemente sus empleos sustituidos por robots, como ocurre con la industria automotriz, o empleados que atienden los centros de servicio telefónico que están siendo reemplazados por bots.
El problema con una inmensa mayoría de líderes políticos que se autoproclaman como gente de izquierda, que se supone que en su momento representaba el futuro de la humanidad, es que se han vuelto reaccionarios, se aferran a un modelo económico estatista obsoleto, anacrónico e inoperante que solo genera más corrupción e ineptitud. Al no poder sustituir al capitalismo por el socialismo han perdido la brújula y se conforman con pretender castigar a la burguesía avariciosa, arrebatándoles sus riquezas para dárselas a los pobres, con lo que buscan perpetuar la pobreza, no acabar con ella.
Lo que deberían hacer, por el contrario, es generar una clase media más fuerte que sea capaz de formar pequeñas empresas familiares en un principio y que se preparen para ingresar al mundo digital.
Todos coinciden en que el capitalismo moderno más exitoso está en los países nórdicos. Pero a muchos políticos no les gusta, porque la base de su éxito, radica en una fuerte democracia.
No necesitamos más pobres, de esos ya tenemos muchos. Requerimos pequeños empresarios capaces de hacer crecer la economía. Y gobiernos más democráticos y menos autoritarios.
La pobreza solo engendra pobreza.