Mulegé, Baja California Sur.- En medio del debate público por el segundo cierre temporal de playas en La Paz, Loreto y Mulegé, buscando evitar aglomeraciones sociales y un repunte en la curva de contagios por Covid-19, las playas de la Heroica Mulegé lucen como un basurero clandestino, derivado de la inconsciencia e irresponsabilidad de decenas de visitantes y ciudadanos locales, a quienes poco o nada importa la conservación de sus zonas naturales y el cuidado del medio ambiente.

A través de un set de fotografías enviadas al buzón de denuncias de MetrópoliMx, se puede observar, como los históricos litorales muleginos son víctimas de los desechos que dejan los campistas, bañistas, pescadores y prestadores de servicios que llegan desde otras entidades de la media península, hasta de poblados cercanos como Bahía Asunción y Santa Rosalía, tras visitar estas áreas de exploración, esparcimiento y sustentabilidad de especies marinas.

El litoral más afectado por la contaminación en la región –según las propias imágenes- es Playa Escondida, localizada en las inmediaciones del pueblo de Bahía Concepción, ya que durante los últimos días, ha registrado una gran cantidad de basura regada por toda su extensión territorial, teniendo como resultado una imagen deplorable.

Los contenedores de basura instalados en las entradas de acceso a las playas de Mulegé son insuficientes para albergar toneladas de residuos que se acumulan por la presencia constante de varios grupos de personas, la cual comienza a desbordarse y se propaga por toda la arena de estos lugares, además que las aves que sobrevuelan los sitios buscando alimento para sobrevivir, contribuyen a aumentar la contaminación, indagando en los tibores de almacenamiento para consumir restos de comida y regar por el suelo los desperdicios que no les sirvan.

Latas de cerveza, empaques y utensilios de plástico, cajas de cartón, botellas de vidrio y hasta prendas de vestir, son algunos de los desechos que adornan los espacios de vegetación, las formaciones rocosas, y por supuesto, la orilla de las playas muleginas, llenando de suciedad e inmundicia los litorales supuestamente vigilados por autoridades ambientales.

A mediados de abril, el alcalde de Mulegé, Felipe Prado Bautista, ordenó el cierre de las playas como parte de las medidas en contra de la pandemia por Coronavirus.

Por medio de un operativo realizado por elementos de Protección Civil del municipio de Mulegé y la Comisión Estatal para Riesgos Sanitarios (COEPRIS) se procedió a cerrar de manera parcial los accesos a las playas Armenta, Requesón, Buena Aventura, El Coyote, El Burro, Playa Escondida, La Posada, Santispack, Punta Arena, Los Naranjos y San Pedro.

Sin embargo, dos meses después, y ante la reactivación de algunas actividades esenciales como la presencia de personas con límite de aforo en las playas sudcalifornianas, los litorales muleginos fueron nuevamente visitados por turistas, pescadores y bañistas que salieron de su resguardo domiciliario para refrescarse en estos puntos y pasar un tiempo agradable en compañía de amigos y sus familias.

No obstante que desde el 2 de julio, el Presidente Municipal de Mulegé, Felipe Prado Bautista, giró supuestamente instrucciones, con el objetivo de cerrar por segunda vez sus playas locales, aplicando nuevamente esta medida para revertir el nuevo brote de contagios por Coronavirus.

Pero la basura refleja una evidente desobediencia civil y la falta de operativos de seguridad.

Las imágenes hablan por sí solas.