La Paz, Baja California Sur.– Después de casi 36 horas de que dos niños resultaron heridos de bala, cuando estaban jugando en el campo de béisbol El Piojillo, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), logró confirmar que el arma utilizada en la agresión fue una pistola calibre 25, disparada presuntamente por los tripulantes de una camioneta color azul Ford Rangel.
Los agresores, según las primeras investigaciones, es que habían disparado al aire, cuando estaban cerca de la cancha de la colonia Agua Escondida, y tras observar que había herido a los infantes de 5 y 9 años, salieron huyendo por una brecha a exceso de velocidad.
Los niños resultaron heridos de la siguiente manera:
1.- Francisco Javier “N”, de 5 años, presentaba una herida en el pómulo izquierdo.
2.- Juan Carlos “N”, de 9 años, tenía un balazo en la pierna derecha, arriba de la rodilla.
Los dos infantes fueron declarados fuera de peligro, derivado de que las lesiones que recibieron, no son consideradas de gravedad.
El padre de los niños heridos, Juan Jordán Geraldo, dijo que sus hijos estaban jugando un partido de béisbol, cuando escucharon detonaciones de arma de fuego, por lo que las personas que estaban presentes en el campo, salieron corriendo, escondiéndose entre los vehículos.
Sin embargo, cuando volteo a ver a sus hijos, observo que uno se agarraba la cara y el otro la pierna, quejándose de un fuerte dolor.
Fue entonces que fue hacia ambos infantes, observando que ambos estaban heridos de bala.
Asustando, el padre de familia y empleado de Pemex, subió a sus pequeños a su camioneta particular Jeep Cherokee, llevándolos al Hospital “Medical Center”.
Después de la agresión, los agentes de investigación de la PGJE, hablaron con las personas que estaban en el campo de béisbol, exponiendo haber escuchado los primeros balazos muy lejanos, «mientras mirábamos una camioneta azul por atrás del campo«.
Después de escuchar la primer descarga de tres o cuatro balazos, según los testigos, «llamamos a los números de emergencia».
Los testigos dijeron que cuando pensaron que todo había vuelto a la calma, vino una segunda más rápida. «Fue cuando todos salimos corriendo a escondernos entre los carros, mientras escuchábamos los balazos«.
Cuando estaban agachados protegiendo de las balas, «comenzaron a llegar los cuerpos de emergencia, y fue cuando se calmó todo«.
La PGJE actualmente indaga el paradero de la camioneta, donde viajaban los supuestos agresores para investigar el caso que generó una gran indignación social por tratarse de niños.