Cabo San Lucas, Baja California Sur.- Cuando el carpintero Waldo Ramírez Astudillo, escapó de la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en este destino turístico, después de haber sido internado el pasado 30 de junio con el virus del Covid-19, falleció tras apenas lograr cruzar la calle y llegar hasta al paradero de autobuses, localizado a un costado de la Tienda Chedraui, en el kilómetro 2.5 de la Carretera Traspeninsular.

La víctima de 56 años, según la versión de su hijo Waldo, había sido hospitalizado después de confirmar su caso como positivo de Coronavirus, por lo que por tratarse de una enfermedad contagiosa, la clínica no permitió visitas y únicamente había tenido contacto con su familia a través de videollamadas.

La salud del hombre originario del estado de Guerrero, comenzó a empeorar rápidamente, durante los dos días que duró internado, por lo que –según las primeras indagatorias—intentaba regresar a su casa y ver a su familia.

Sin embargo, y derivado de su delicado estado de salud, Waldo Ramírez Astudillo, no pudo más, por lo que, tras realizar un gran esfuerzo en caminar, comenzó a tener una crisis de respiración hasta caer muerto de un paro respiratorio en pleno paradero de camiones.

El caso fue reportado por los testigos que había a su alrededor, por lo que cuando llegaron agentes de la Policía Municipal de Los Cabos, y observaron todavía a la víctima con bata del IMSS, notificaron a la clínica del fallecimiento y fue entonces que supieron que había escapado.

El área fue acordonada, en tanto, los agentes de investigación de la PGJE, recababan información de la víctima e indagaban cómo y de qué manera había escapado del hospital.

El cuerpo de la víctima no pudo ser levantado ni trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (SEMEFO), simple y llanamente extendieron el certificado de defunción, por lo que una funeraria recogió el cadáver a solicitud de la propia familia.