Cuando la traición es la materia que mueve la operación política, mucho parece dar en la inmediates, aunque termina ser un cáncer que cobra el repudió y la reprobación de los ciudadanos y los sectores sociales.
No se diga del propio gabinete. Mas cuando el ejercicio del poder, se basa en el autoritarismo y el abuso del poder.
La mentira es para manipular y para poder imponer lo que no tiene merito y sustancia.
Lo que está hecho para sostener proyectos políticos vacíos.
Ahora, resulta que los de abajo, los que se acuerdan que eran pobres, que vivían en la carencia, normalistas y casi igualitos a Fidel, no pueden explicar las riquezas que han acumulado, durante sus puestos en la función pública.
Los engaños han estado cada día y van por los tres años, que parecen construyen lo que es un gobierno reprobado. Y está en riesgo de ser fallido.
No robar, pero, empiezan a ser numerosos los señalamientos, presentados con pruebas y demandas en entidades y dependencias de justicia. Se acumulan, dejando en evidencia el tráfico de influencia, el conflicto de interés y el abuso de autoridad.
En política, todo parece permitirse, hasta pasar por el Estado de Derecho, nada más porque la ignorancia permea la acción y la tarea de gobierno.
Los Cabildos no representan a ningún habitante de sus municipios, menos rinden cuenta de lo que hacen o dejan de hacer. Mientras van dejando a la luz pública la corrupción galopante y la impunidad. Salvo, alguna excepción, los regidores se han convertido en más de lo mismo.
Ni qué decir de el Congreso local, donde la pachanga, la frivolidad y el espejismo les hacen creer que se merecen seguir en los puestos de elección popular o por designación, sin haber presentado una solo iniciativa y menos técnica y jurídicamente bien redactada. Tienen una deuda histórica con el pueblo y con los sectores sociales, que han dejado abandonados y en el olvido.
Es poco lo que dejan bueno. Se han vuelto prescindibles. El repudió social los alcanzó y se verá en este proceso electoral. Donde los adjetivos ofensivos y las respuestas bélicas han marcado la resta de los candidatos de los que creen que serán tratados como la 4T nacional.
No le gusta las personas que piensan. No les agrada la libertad de expresión. No saben de las actividades productivas y no distinguen más que los dueños de los corporativos financieros. No saben que los 14 grandes hoteleros tienen muchas empresas y que no se dejan. A este gobierno le gustan las organizaciones de la sociedad civil, que fueron financiadas por los verdaderos dueños del dinero en el mundo y desprecian a la micro, pequeña, mediana empresa, porque solo han sido profesores de la frivolidad y las causas traicionadas. Hay excepciones, sí, pero, no influyen.
Dejaré lo que sigue en está barra de opinión: las amenazas y la censura, el transporte y la responsable directa (Sepuimm), los pescadores, los artesanos, los rancheros, los agricultores, los ganaderos, los forestales. Especialmente, la corrupción de las autoridades que están en el transporte del turismo en Los Cabos y La Paz.
Celebraré y disfrutaré, hacer mi declaración de fe.