Los Cabos/Baja California Sur/Noticias.- El 20 de enero fue la última vez que los familiares de María Andrea Juárez Castillo la vieron con vida. La última persona que estuvo con ella fue su hijo, Leonardo René González Juárez, quien la asesinó y después se fue al gimnasio.
Durante la audiencia, cuando fue vinculado a proceso, Leonardo René aceptó que privó de la vida a su madre con un golpe en la cabeza, provocándole hemorragia cerebral.
Después la envolvió en una colcha y la cubrió con bolsas negras de plástico. La subió a su jeep, en casa de su novia, cambió de vehículo a un Toyota Corolla, y la llevó el cuerpo hasta el monte y lo arrojó a espaldas del residencial Privanzas colonia el Tezal.
Oficialmente, no había noticias de María Andrea, por lo que su esposo René González Marrón, denunció la desaparición el día 21 de enero. Buscó a su hijo, Leonardo René, avisándole que su madre no había vuelto a casa desde el día anterior.
Desde luego, sin sospechar, por supuesto, que su esposa había sido asesinada por su propio hijo.
De acuerdo con la declaración de Briseida, la novia de Leonardo René, leída en la audiencia, los hechos ocurrieron de la siguiente manera: El miércoles 20 de enero, llegó al gimnasio y vio a Leonardo en el lugar.
Hicieron sus rutinas de ejercicio normales, hasta las dos de la tarde, cuando pasó María Andrea, caminando. Leonardo dejó el gimnasio para, dijo, ir a abrirle la puerta a su madre.
Media hora después regresó por ella. Iba sin camisa y llevaba a su abuelo. Fueron a comer.
Todo parecía normal.
El 21 de enero, a las 10 de la mañana, mientras Briseida y Leonardo estaban en el gimnasio, apareció el papá de Leonardo para decirle que su madre no había llegado a la casa. Leonardo no dijo nada.
Más tarde, él y ella fueron a casa de Briseida. Leonardo quería llevar su Jeep, descompuesto, a casa de ella para que lo revisara un mecánico. Raúl «N» hizo el servicio de grúa a Leonardo, llevando el Jeep a casa Briseida.
Por la tarde, Malitzin, hermana de Briseida, les prestó su auto, un Toyota Corolla que esa tarde y noche, Leonardo, utilizó.
Al dia siguiente, el 22 de enero, Leonarddo volvió a llamar a Raúl «N» de la grúa, para pedirle que llevara el Jeep de regreso a su casa. Raúl, no podía. Entonces, Leonardo ya no insistió. El servicio lo realizó Christian «N», el 22 de enero.
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Como normalmente hacían, Leonardo y Briseida fueron al gimnasio, estuvieron dos horas ahí, ejercitándose. Cuando terminaron, Leonardo le dijo a Briseida que «quería contarle algo, que ya no aguantaba la presión«.
Le contó que el miércoles 20 de enero había discutido con su madre, en la casa, «que la había golpeado y que se le había pasado la mano. La había ido a tirar para ocultarla, porque ninguno de sus familiares lo iba a querer por asesinar a su mamá».
Briseida, totalmente sorprendida, preguntó cómo lo había hecho. Leonardo explicó que «su mamá lo sacaba de sus casillas. Que la había echado en Jeep, luego en el Toyota Corolla, y en la noche y la fue a tirar, envuelta en bolsas negras«.
La, hasta ese momento, novia de Leonardo, le dijo que avisaría a la policía. El asesino confeso pidió que no lo hiciera.
El 4 de febrero, alrededor de la 1:40 de la tarde, en camino al tezal, hacia el monte, encontraron el cuerpo de María Andrea Juárez Castillo, envuelto en un cobertor y bolsas negras de plástico, entre montículos de tierra, escombro, basura y vegetación endémica.
Al día siguiente, el Ministerio Público solicitó al juez de control la orden de aprehensión de Leonardo René González Juárez, bajo la causa J062/2021 por el delito de feminicidio contra María Andrea Juárez Castillo.
Primera de tres partes.