Guerrero Negro, Baja California Sur.- Cuando el joven Ramón Antonio Victoria Cosío fue asesinado la mañana del pasado 14 de noviembre, los criminales que viajaban a bordo de dos camionetas, lograron encajonar la vagoneta color blanco Fiat, manejada por su papá de 57 años, ordenando orillarse del lado derecho y salir de la cinta asfáltica a la altura del kilómetro 120 del tramo carretero de Guerrero Negro a Jesús María.

Una vez estacionada a un costado de la carretera federal, descendieron tres delincuentes armados de una de las camionetas y sin más dispararon contra el copiloto de 19 años, quedando muerto en el asiento delantero recargado hacia el lado derecho.

El que parecía ser jefe de los criminales, solicitó las llaves al chofer, quien resultó herido de bala, mientras el segundo tomaba fotografías a la víctima, y el tercero despojada de sus teléfonos celulares a la novia de la víctima y su madre.

Así, los sicarios rápidamente se subieron a las camionetas y huyeron, dejando a la familia envuelta en la desgracia.

La mañana del asesinato del joven, según la carpeta de investigación GN/351/2019, el señor Ramón Antonio Victorio Ojeda, originario de Isla de Cedros y empleado de una exportadora de sal de Guerrero Negro, manejaba la vagoneta y su hijo iba de copiloto. En la parte trasera, venía su esposa Cruz Isabel, de 47 años, y la novia de su hijo, Yedith Sánchez, de 22 años.

El ataque sobrevino cuando la familia se dirigía de Guerrero Negro a Ensenada, Baja California, a bordo de la vagoneta marca Fiat, pero fueron interceptados a unos 10 kilómetros de la frontera entre ambos estados por sujetos que iban en dos unidades que no pudieron identificar.

El vehículo de la familia fue encajonado por los delincuentes, obligando al chofer a salir de la carretera, quedando el frente hacia el sur.

Hoy se sabe que tanto padre como hijo aparte de trabajar en la Exportadora de Sal de Guerrero Negro, vendían gasolina por su cuenta.

Después de cometer el crimen en el poblado de Baja California, los sicarios se dirigieron hacia Baja California Sur.

El propio padre de la víctima –de acuerdo a su testimonio en la Carpeta de Investigación—relató que desde hace un año, intentaban cazar a su hijo, inclusive sujetos no identificados quemaron una camioneta de Ramón Antonio, durante un ataque armado.

Asimismo, reconoció que en redes sociales circuló una fotografía de su vástago con varias personas más, en la cual lo señalaban como “coordinador”, pero su hijo nunca le quiso decir de qué o porqué.

Sin embargo, explicó que dos de las personas que aparecieron en la fotografía con su hijo fueron ejecutadas hace meses en Ensenada y no descartó que era posible que el crimen de su hijo de 19 años tenga relación con la agresión sufrida.

Es decir, descartó que se tratara de un asalto, sino de un asesinato directo contra su vástago.

En su testimonial, el padre de la víctima indicó que Ramón Antonio se dedicaba en Isla Cedro a abastecer gasolina a personas que comercializan con la planta supuestamente medicial conocida como Siempre Viva, la cual alcanza un alto valor comercial en el mercado asiático, y en México, la venta es clandestina.

Por todos estos hechos las autoridades investigan toda la trama que derivó en el ataque a esta familia, cuando salía de viaje por la carretera transpeninsular.

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