La Paz, Baja California Sur.- Las emisiones de contaminantes que brotan de la central termoeléctrica del Libramiento Santiago Oceguera, ubicada a 10 kilómetros del casco urbano de La Paz, está llegando a niveles alarmantes que no están siendo atendidas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), a pesar de que los habitantes de la capital, respiran durante las 24 horas el dióxido de nitrógeno desprendido de los gases dañinos.
Ya la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS) solicitó oficialmente un informe a la CFE y a la Semarnat sobre el monitoreo del aire en la ciudad.
Asimismo, la titular de la Coepris, Blanca Pulino Medrano, solicitó a la paraestatal dar mantenimiento preventido a la planta, colocando precipitadores electrostáticos y filtros para paliar la emisión de contaminantes.
Esto en virtud de que esta COEPRIS viene recibiendo quejas de parte de ciudadanos, pero sobre todo de la organización Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental (CERCA), la cual dio a conocer el pasado 12 de noviembre un estudio sobre la calidad del aire en La Paz.
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Entre los descubrimientos de este nuevo estudio, CERCA encontró que durante 241 días del año flotan partículas de dióxido de nitrógeno en el aire respirable de la capital.
Luego detectó 89 días muy malos con altos niveles de ozono y 48 días de azufre. Todo esto supera los márgenes de contaminación, en la cual también participan el parque vehicular que circulan todos los días por la ciudad.
En el reporte de la Coepris a la CFE, señaló:
“El grupo CERCA se unió a nosotros desde 2017, y ya con este grupo estuvimos viendo las mediciones de ellos, en los cuales sí presentaron resultados anómalos sobre todo de las partículas Pm10 y Pm5, en la cual estaban fuera de normatividad; por consiguiente, en base al resultado de esta ONG, lo que fue COEPRIS nos reunimos con la Secretaría General de Gobierno, en la cual estuvimos viendo qué se podía hacer para poder recomendar respecto a mejorar la calidad del aire de la Comisión Federal Electricidad”.
La directora de Coepris mencionó además que en otras ocasiones, cuando se le ha requerido a la CFE revisar las emisiones de las plantas, se ha dado manteniemiento y cambiado filtros, y con esto dijo que tanto la paraestatal como la Semarnat han señalado que los niveles de contaminantes se encuentran dentro de la norma mexicana.
Sin embargo, recordó que CERCA realiza su monitoreo con equipo certificado que permite recalcular que las partículas dañinas a la salud humana, están por arriba de lo que indican las leyes.
“La Secretaría de Sustentabilidad de Gobierno está colocando equipos que están certificados, y estamos esperando tener las mediciones, un poquito más de formalidad, para ver si es que efectivamente la calidad del aire es mala. Después de esto podrá emitir recomendaciones”, apuntó Blanca Pulido Medrano.
Incluso, al ser más visible la nube tóxica arrojada por la termoeléctrica, la Coepris indicó que se le dará vista a la Comisión de Ecología del Congreso del Estado para que dentro de sus atribuciones intervenga y participe de manera activa en trabajar para reducir los contaminantes que afectan a los paceños.
La nube tóxica
Esta situación no es nueva, ya en septiembre del 2018, la misma organización civil (CERCA), había advertido este asedio de toxicidad, debido al uso de combustóleo en las plantas.
Al quemar este hidrocarburo, y según la Organización Mundial de la Salud, la población afectada tiene más riesgos de contraer enfermedades respiratorias como asma, bronquitis, alergías, entre otras, pero también potencialmente carcinomas.
“La naturaleza de esta mezcla (de gases tóxicos) que incluye ácidos, hidrocarburos, metales y otras sustancias reactivas, tienen un potencial de carcinogenicidad en humanos”, alertó CERCA.
El estudio del año pasado arrojó «»altos niveles de elementos dañinos a la salud«», por lo que concluyó que “resulta urgente modificar la forma en que se genera energía eléctrica en la región, y ello implica prescindir cuanto antes de la central de combustión interna de Punta Prieta, y resulta indispensable descartar cualquier otra forma de proceso industrial en la región, particularmente el caso de la minería”.
“De no ponerse manos a la obra, estamos ante un potencial desastre medioambiental en la región”, termina el estudio firmado por Karla Gasca y publicado el 23 de octubre de 2018 por MetrópoliMx, en un reportaje titulado “El respiro de la muerte”.
Aunque médicamente no se ha confirmado que la natilla amarilla emitida por la Central Termoeléctrica, tenga algo que ver con los altos niveles de cáncer entre la población, así como decesos por tumores, durante una investigación, MetrópoliMx, confirmó que desde el año 2000 hasta el 2018, los casos de defunsiones por carcinomas subió a más del doble en toda la entidad, siendo particularmente La Paz, la ciudad más afectada.
Inclusive, el aumento de enfermedades cancerígenas en Baja California Sur, obligó a las autoridades de la Secretaría de Salud a instalar el Centro Estatal de Oncología, y quien lleva un puntual registro de casos y decesos.