San José del Cabo, Baja California Sur.– En el atroz crimen de la doctora de la clínica No. 38 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Ali Jasel «N», dos son las principales hipótesis del posible móvil del feminicidio, ocurrido la madrugada del 18 de septiembre en el departamento, localizado en la calle Tomás Ruiz Villa y Oceonografía en la colonia Guaymitas de esta cabecera municipal de Los Cabos.
Lo anterior con base en los indicios y evidencias recolectadas en la escena del crimen por peritos de la Dirección de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Baja California Sur.
Son las siguientes:
La primera es un posible robo con violencia.
La segunda es un ataque directo por parte de un trabajador del IMSS que posiblemente estaba obsesionado con la médico de 32 años.
Los dos posibles móviles se encuentran actualmente en proceso de investigación que podrían arrojar resultados en las próximas horas.
Lo que hasta este momento sí está confirmado es que la doctora originaria de Santa Rosalía, conocía a él o los presuntos responsables del crimen, porque según las primeras indagatorias, no se observo violencia en la cerradura de la puerta de madera, como acceso principal a la vivienda.
Es decir, la víctima abrió la puerta y dejó pasar al o los agresores, sin imaginar jamás lo que ocurriría más tarde.
Por los indicios encontrados en la escena del crimen, hoy se sabe que la Doctora Suárez, como era conocida cariñosamente por sus compañeros, fue atacada en la sala de su departamento, en virtud de que fue encontrado un pedazo de uña de color rosa tirado sobre el suelo de esa área.
Lo anterior indica que la doctora se defendió cuando él o los agresores, intentaron abusar sexualmente de ella.
Además fue hallada una pequeña mancha de sangre seca en la misma área de la sala, posiblemente por la ruptura de la uña o de algún rasguño.
Un dato que confirma el ataque violento, de acuerdo a las evidencias, es que la blusa rosa que traía puesta ese día la doctora de 32 años, fue encontrada rasgada a la mitad, lo que deja en evidencia que el agresor o los agresores le arrancaron la ropa para desnudarla por la fuerza.
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Durante el forcejeo, la víctima fue golpeada en el lado derecho de la cabeza con un objeto contuso, provocando una fractura de aproximadamente 10 centímetros de diámetro en el cráneo, lo que seguramente hizo que la víctima perdiera el conocimiento.
Así, y aprovechando que esta inconsciente, él o los agresores comenzaron asfixiar a la doctora hasta su muerte, y posteriormente, abusar sexualmente de la víctima.
El cuello de la doctora, según el resultado de la autopsia, presentaba hematomas lado izquierdo y lado derecho, con huellas de compresión de tranquea.
Sobre el suelo del pasillo fueron encontradas gotas de sangre, lo que deja en evidencia que la víctima -tras fallecer– fue llevada hacia la recámara donde fue envalijada dentro de una maleta.
Por la forma en que fue doblada y metida a la maleta, de acuerdo a la investigación, es evidente que él o los homicidas de Ali Jasel «N», tenían conocimientos en el manejo de cuerpos.
El victimario debió haber estado fisicamente fuerte para cargar a la víctima, doblarla en posición natal y después meterla a la maleta.
De hecho, él o los homicidas, utilizaron una cinta canela que fue encontrada en una orilla de la cama para encintar algunas partes del cuerpo de la víctima. Es más que evidente que únicamente un doctor, un enfermero o un paramédico tienen este tipo de conocimientos para maniobrar cuerpos.
Además, él o los homicidas limpiaron la escena del crimen para borrar evidencias que salieron a relucir con el proceso de luminiscencia, encontrando huellas de sangre en una funda de la almohada, una esquina del colchón y en el piso.
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Cuando la médico fue encontrada muerta en su departamento, según la autopsia, detenía entre 30 y 35 horas de haber fallecido.
Después de cometer el delito, él o los criminales, robaron el vehículo de la doctora y escaparon del lugar.
Posteriormente, de acuerdo a la investigación, sacaron dinero de un cajero con las tarjetas bancarias de la doctora.
Finalmente, él o los criminales, abandonaron el carro de la médico en la vía pública.
