La Paz/Baja California Sur/Noticias.- El pasado 29 de abril, autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) confirmaron el hallazgo de la osamenta de Claudia Valeria Castillo Mendoza, reportada como desaparecida desde el 4 de julio de 2017.
Pasaron casi 4 años para que se pudieran identificar los restos de la joven de 16 años desaparecida en Ciudad Constitución.
Según la carpeta de investigación: CST/260/2018, en enero de 2018 fueron localizados unos restos óseos a un costado de la carretera transpeninsular Ciudad Constitución-La Paz.
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De acuerdo con los archivos del caso, el cadáver fue encontrado semienterrado en una brecha ubicada a un lado del tramo carretero.
Increíblemente, la PGJE, resguardo los restos de Claudia Valeria, durante 3 años en la SEMEFO, en calidad de irreconocibles.
El 26 de abril de 2021, y tras múltiples pruebas de reconocimiento realizadas por el Laboratorio Forense de Genética, los resultados arrojaron una probabilidad mayor al 99.9997% a que los restos humanos pertenecían a Claudia Valeria Castillo Mendoza.
Dos días después de la identificación de la osamenta, Claudia Castillo, madre de la víctima, fue informada de que su hija había sido encontrada sin vida.
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Durante una entrevista con MetrópoliMx, la madre de Claudia Valeria, dijo que “se negaron a decirme todo este tiempo que habían encontrado el cuerpo que posiblemente se trataba de mi hija”.
“Cuando les reclamé porque esperaron 3 años para decírmelo, se defendieron con la excusa de que no existían pruebas de ADN, en su base de datos, cuando yo misma me realice dos pruebas en 2017 y 2019 para confirmar el lazo sanguíneo.”
Peor aún.
La Fiscalía Especializada para la Investigación y Persecución de los Delitos de Desaparición Forzada de Personas, Servicios Periciales y de Atención a Víctimas, informó a la madre de familia que el 5 de mayo, haría la entrega de los restos de su hija para que pudiera otorgar una digna sepultura.
El jueves 13 de mayo, Claudia reservó un espacio en la Funeraria Del Carmen, ubicada en la avenida Mariano Abasolo, en La Paz.
Se prepararon los servicios fúnebres, y comenzaron a llegar varios detalles florales, y personas con muestras de respeto póstumo para darle el último adiós a la joven.
Todo estaba listo para comenzar con el acto religioso, pero tras acudir a solicitar el acta de defunción en el Registro Civil, Claudia se llevó una sorpresa, cuando fue enterada que no podían entregárselo, debido a que no habían recibido la notificación de localización e identificación del cuerpo.
Por lo anterior, no se pudo elaborar el acta de defunción. Ya estaba todo preparado para sepultar a Claudia Valeria ese mismo día a las 6 de la tarde, pero los trámites finales, no pudieron realizarse.
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Claudia, habló por teléfono con Lizeth Collins Collins, representante de la Comisión Estatal de Búsqueda, para pedirle una explicación.
La mujer le comento que no se preocupara, que siguiera con la ceremonia de velación, que esa misma tarde, saldría el documento de defunción, algo que jamás ocurrió.
El equipo de trabajo del templo tuvo que cancelar el acto y proteger los restos de Claudia Valeria en las propias instalaciones de la funeraria, ante la apatía y omisión de las autoridades encargadas de entregar en tiempo y forma los documentos oficiales para agilizar los servicios post-mortem.
Las irregularidades presentadas en el caso, y la torpeza en la forma en que sorprendentemente “olvidaron” informar acerca del hallazgo de la osamenta de Claudia Valeria al Registro Civil, pone en duda todo el contenido de la Carpeta de Investigación que relata la desaparición de la chica en el municipio de Comondú, y la eficacia del personal de la PGJE en relación al descubrimiento e identificación de personas desaparecidas en Baja California Sur.
